22 sept 2012

Capítulo 10: Transformación parte 2

El siguiente en subir fue Jake, el hermano de Esmeralda. Fue con decisión hasta el centro del escenario y tocó el cristal con temor a romperlo si hacía mucha fuerza. El humo azulado se paseó por su cuerpo hasta que dejó ver la nueva criatura que se presentaba ante ellos. Ahora Jake era mucho más alto y delgado, con unos dedos finos y delicados. Una mata de pelo rojo le recorría la cara en pequeñas trenzas, y entre ellas se vislumbraban unas orejas puntiagudas. Mm, un elfo. Le sentaba bien aquel nuevo look.
- Pero, ¿cómo puede ser Jem un vampiro? No, no lo entiendo.
- Tranquila, no le pasará nada. Hay clanes de vampiros que son respetados entre nosotros. Los que le mordieron eran, seguramente, vampiros que no pertenecían a ningún grupo y actuaban según sus impulso animales.
- Espera, antes dijiste que Jem ya había empezado a cambiar. ¿No ha terminado aún?
- No exactamente. Los grandes cambios físicos como los ojos y la tez pálida se notan en las primeras horas. Al cuarto, quinto día su físico habrá cambiado completamente.
- ¿Qué quieres decir con "cambiar completamente"?
- Pues que se hará más alto y fuerte por su nueva constitución. Sus rasgos cambiarán, su personalidad también... La verdad, el chico me da pena. La función del cristal de Awa es sacar lo mejor de uno mismo, y transformarlo en algo que se ajuste a la esencia del Lithium. Él ni siquiera podrá experimentar eso. -Explicó.
- ¿Y qué sacó bueno de ti el cristal?- Le pregunté extrañada a Kyle.
Nos callamos rápidamente porque llamaron a Henry al escenario, y éste subió sonriente. Se despidió de Tommy, y fue a enfrentarse a su destino. Abarcó el cristal con su gran mano y el espeso humo le rodeó y su cuerpo empezó a cambiar. Se hizo más alto y grande. Ahora medía por lo menos tres metros de alto. Sus espesos músculos le recubrían todo el torso, brazos y piernas. Era un gigante puro y duro. Sonrió mientras se examinaba detenidamente. Bajó del escenario y entonces, fue el turno de Tommy. Subió con miedo, y brazos temblorosos. Repitió la misma operación que todos los demás, y al terminar, se vio a Tommy mucho más mayor y con medio cuerpo de caballo. Todo su cuerpo poseía el mismo tono oscuro de piel. Se había convertido en un auténtico centauro.
Tragué aire y respiré profundamente. Ahora era mi turno. Las piernas empezaron a temblarme y el estómago se me encogió. Le apreté la mano a Kyle y subí al escenario por unas pequeñas escaleras color ocre. Casi me tropiezo con un escalón, pero por suerte había una barandilla para agarrarse en caso de emergencia. Me abracé la cintura y mi dedo índice se desplazó por la cubierta del cristal, que era lisa y suave al tacto. El humo azul empezó a emerger de mi dedo y yo me di la vuelta para poder observar mejor la reacción Kyle. Me miró tiernamente mientras el humo envolvía mis piernas, mi torso, y finalmente, mi cara. Cuando el humo se disipó, pude ver que Kyle sonreía, y que poco a poco se le iba borrando. Me sentía cansada y de repente las piernas me fallaron. Lo último que vi antes de perder la consciencia fueron un par de alas negras que volaban hacia mí desesperadamente.






La luz del crepúsculo se filtró por el ventanuco de cristal y mis párpados se abrieron de golpe. Me incorporé sobresaltada sobre la cama, revolviendo las sábanas blancas, y me miré los brazos para ver si encontraba algo raro en ellos. Nada. Eran normales, no habían cambiado nada. Cojí el espejo que tenía en la mesilla y me miré en él. Creo que el cristal no había funcionado conmigo. Estaba igual que antes, solo que quizá un poco más paliducha. Pues vaya decepción. Dejé el espejo en su sitio, cuando entró Marissa por la puerta de mi habitación con una bandeja en las manos. Entró con sigilo desprendiendo olor a croissants recién hechos y un buen chocolate caliente. El estómago me rugía, parecía que no había comido en semanas.
- Por fin estás despierta.- Dijo en voz baja.
- ¿Por qué susurras?- Dije en el mismo tono de voz.
- Por el señorito. Lleva días sin dormir y por fin el sueño le ha vencido.- Señaló una butaca situada en una esquina de la habitación. Miré en aquella dirección, y descubrí a Kyle dormido profundamente con una manta cubriéndole el torso y las piernas.
- Marissa, ¿cuánto tiempo he dormido?
- Mm... Unas dos semanas.- Dijo la elfa.
-¿Cómo? ¿Tanto tiempo?- Susurré.
- Sí, señorita. Kyle ha estado las dos semanas aquí contigo. No ha dejado que entre nadie exceptuándome a mí para traerte comida. No se fía de Clare.- Sonrió.
- Oh.-Dije sorprendida.
- Bueno, he de irme. Adiós.- Se despidió y salió por la puerta como había entrado.
Me estiré con cuidado de no hacer ruido y pellizqué el croissant. En apenas unos minutos ya me lo había zampado todo.
Dejé la bandeja apoyada sobre la mesita de madera. Después de estar un rato sin saber qué hacer, decidí coger la manta de lana que tenía en un cajón, y tumbarme en la alfombra. Estuve así un rato, observando fascinada los rasgos de Kyle. Tenía la mandíbula pronunciada y unas largas y espesas pestañas negras. Éstas dibujaban largas sombras oscuras sobre sus pómulos. Estaba realmente guapo mientras dormía. Su rostro reflejaba la pura tranquilidad. De repente, me entró sueño, y sentía que los párpados me pesaban una tonelada. Cerré los ojos y volví a caer en un sueño muy profundo.
Cuando desperté, apenas una hora más tarde, Kyle ya se había ido. La manta estaba arrugada en un rincón, y la habitación olía a él. En esos instantes, me di cuenta de que Kyle sólo había estado allí para saber si su Protegida seguía viva, nada más. En cuanto vio que yo ya me había despertado, se largó.
Una profunda decepción me invadió. Agaché la cabeza y empecé a recoger los trastos que estaban tirados por el suelo. En un momento ya había terminado.
Decidí peinarme y arreglarme un poco, porque, después de estar dos semanas durmiendo, el pelo muy bien no puede estar.
Entonces, el picaporte de la puerta se giró lentamente, y de ella, emergió Kyle, con su pelo negro revuelto y con cara cansada, pero a la vez radiante.
- ¡Kyle! Has vuelto.- Dije ilusionada.
- Em, técnicamente ni siquiera me he ido. Solo he salido para ir al baño.- Y sonrió.
En ese momento me di cuenta de lo mucho que le quería. La forma en la que me miraba, la forma en la que me sonreía, su preocupación por mí... Lo tenía claro. Los nubarrones se esfumaron y el sol empezó a brillar en lo alto del cielo.
Fui hacia Kyle y le abracé muy fuerte, como si fuese el fin del mundo y él fuese mi salvavidas. Lo abracé, porque le amaba y quería agradecerle todo lo que había hecho por mí.
Clavé mi mirada en la suya, y poco a poco nos fuimos acercando, hasta que la punta de nuestras narices se tocaron. Cerré los ojos y... Pum, pum, pum. Unos golpes en la ventana nos hicieron mirar hacia ella y asomarnos para ver qué pasaba. Era un chico alto y moreno, con la tez pálida. ¿Quién sería?
- ¡¡Izzy!!- Gritó. ¿Cómo? ¿Me conocía? Ese apodo sólo lo sabía Esmeralda, claro que ella suelta todo, así que... no, no puede ser.
- ¿Jem?- Pregunté.
- ¡El mismo! ¿Puedes abrirme? Si no, me chamuscaré aquí fuera.
Busqué a Kyle con la mirada, pero él ya se había ido.
Bajé las escaleras de piedra y abrí el portón de madera, que pesaba un montón.
- Espera, que te ayudo.- Dijo Jem. Con un ágil movimiento de muñeca, abrió sin problemas la puerta. Me quedé alucinada. No advertí que él me estaba mirando.
- Sí, bueno, es por lo de la transformación esa. Menos mal que ya pasó lo peor. La primera semana fue horrible, pero ahora me encuentro estupendamente.- Dijo alegremente. Yo todavía no había asimilado que él fuese... eso.
- Jem, eres un... un vampiro.- Dije algo asustada.
- Sí...- Dijo cabizbajo-. Pero tranquila, el hambre ya está controlado. No tienes que temer nada.
Me dispuse a mirarle a la cara. Ahora era mucho más alto y corpulento, casi como Kyle. Su pelo castaño se había tornado negro con destellos rojizos, y sus ojos ahora eran tan rojos como la sangre. Su tez, antes algo bronceada, ahora era plomiza. De su boca perfilada emergían los colmillos afilados como cuchillas, y tan blancos como perlas. Sí, había cambiado mucho.
- Bueno, no te noto muy cambiada Izzy. Quizá más paliducha de lo normal, pero por lo demás sigues siendo tú. ¿Cómo es posible?
- Am, no lo sé. Acabo de despertarme y aún estoy algo confusa.
- Bueno, entonces tengo el remedio perfecto. ¿Qué te parece si vamos al lago Krotoca y nos juntamos con los demás Lithiums? Así te podrán contar sus cambios y ver qué es lo que te pasa a ti.
- Buena idea. Voy a vestirme. Espera aquí, que no tardo.
Subí otra vez, y me vestí rápidamente para poder llegar cuanto antes.
En el pasillo me encontré con Kyle, que iba con un libro en las manos, como siempre.
- Eh, ¿me acompañas al lago Krotoca? Voy a hablar con los demás Lithiums sobre qué me ha pasado, porque...tú no lo sabrás, ¿no?
- Solo sé que la Runa ha desaparecido, por lo que algo eres.- Me dijo simplemente, y volvió a centrar su atención en las páginas del libro. Se lo quité y lo dejé apoyado en la mesa. Le cogí de la muñeca y bajé escaleras abajo con él. Por fin iba a descubrir algo, pero, ¿estaría dispuesta a pagar un precio por ello?

LRA

PD: Ya estoy escribiendo el capítulo 11, así que no tardaré en subirlo :)


3 comentarios:

  1. Que es? Que es? Quees? Aaaaaiiiiiins si ya decia yo que Kyle y Izzy mas que amigos!!!! Me daba a mi en la nariz. Jem siempre tan oportuno, de erdad, este muchacho u.u en fin esta vez si quete has tardado jajaja pero mejor tarde que nunca!! Eso si la entrada del cap 11 esta vaciaa!!! D:
    BESOS!!!

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  2. Que es? Que es? Quees? Aaaaaiiiiiins si ya decia yo que Kyle y Izzy mas que amigos!!!! Me daba a mi en la nariz. Jem siempre tan oportuno, de erdad, este muchacho u.u en fin esta vez si quete has tardado jajaja pero mejor tarde que nunca!! Eso si la entrada del cap 11 esta vaciaa!!! D:
    BESOS!!!

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    Respuestas
    1. Jaja, sí, he tardado un poco porque me quedé sin inspiración, y eso no ayuda nada... Además, el comienzo del instituto... puff!!
      En fin, no creo que tarde mucho en escribir el capítulo 11 :)
      Muchas gracias por comentar!! ^^

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